¡El coche de Lily Lane se averió en medio de la nada! Y para colmo, ¡su teléfono está muerto! Por suerte para ella, hay una casa cercana y va allí para usar su teléfono y llamar a una grúa.
El dueño de la casa, Kyle, es muy relajado y la deja pasar el rato mientras espera la grúa. Mientras hablan, Lily se entera de que Kyle vive allí con su mujer, que sigue de viaje de negocios.
Como Kyle está tan solo, Lily decide agradecérselo poniéndose la lencería de su mujer y dejándose atrapar.